Sunday, December 17, 2006

POESIA ROMANTICA



RIMAS DE BECQUER
RIMA I
«Yo sé un himno gigante y extraño»

Yo sé un himno gigante y extraño
que anuncia en la noche del alma una aurora,
y estas páginas son de ese himno
cadencias que el aire dilata en las sombras. 5
Yo quisiera escribirle, del hombre
domando el rebelde mezquino idïoma,
con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y notas.

10
Pero en vano es luchar, que no hay cifra
capaz de encerrarle, [*] y apenas ¡oh hermosa! si teniendo en mis manos las tuyas
pudiera al oído cantártelo a solas.
Comentario temático de la rima El carácter metapoético de esta rima justifica que sus primeros editores la eligiesen para encabezar el conjunto y le diesen un valor prologal. Recuérdese, no obstante, que ya aparecía marcada de un modo singular en el índice de LG, indicio de una posible voluntad del autor en esa dirección. El himno «gigante y extraño» tiene mucha similitud con el que oye el músico de El Miserere y que lo conducirá a la locura, incapaz él de transcribir su grandeza: «Escribió uno, dos, cien, doscientos borradores: todo inútil. Su música no se parecía a aquella música ya anotada, y el sueño huyó de sus párpados y perdió el apetito, y la fiebre se apoderó de su cabeza, y se volvió loco, y se murió en fin, sin poder terminar el Miserere, que, como una cosa extraña, guardaron los frailes a su muerte y aún se conserva hoy en el archivo de la abadía» [Miserere, 184]. El himno gigante le resulta también a Bécquer imposible de escribir, y el reconocimiento de ese fracaso permite ir hacia un adelgazamiento de la forma que, paradójicamente, resulta ser el único modo de encerrarlo: al oído y a solas. En el poema se expresan así ideas que están desarrolladas en la reseña de La soledad, como puede ser la de que el significado más amplio exige el menor significante. Ahí asoma el valor moderno de la sugerencia, como señaló Dámaso Alonso [1944]. Todavía más. Apuntando a los valores que pondrá en alza el simbolismo finisecular, Bécquer —en paralelo con su contemporáneo Baudelaire— es capaz de expresar la trascendencia de la visión analógica y del correspondiente recurso a la sinestesia: esas «palabras que fuesen a un tiempo / suspiros y risas, colores y notas». Sin embargo, no debe olvidarse que esa «noche del alma» del segundo verso remite a San Juan de la Cruz, insuperable modelo de expresión simbólica para lo inefable. Finalmente, aquí como en la mayor parte de las Rimas, las ideas o las sensaciones que Bécquer quiere resaltar se encauzan y cargan de afectividad mediante la anécdota amorosa, ese y yo tan familiares para sus lectores. RIMA II
«Saeta que voladora»
Saeta que voladora
cruza arrojada al azar,
y que no se sabe dónde [*]
temblando se clavará.
5
Hoja que del árbol seca
arrebata el vendaval, [*]
sin que nadie acierte el surco [*]
donde al polvo volverá. [*]

10


Gigante ola que el viento [*]
riza y empuja en el mar,
y rueda y pasa, y se ignora [*]
qué playa buscando va.


15

Luz que en cercos temblorosos
brilla próxima a expirar
y que no se sabe de ellos
cuál el último será. [*] 20
Eso soy yo, que al acaso
cruzo el mundo sin pensar
de dónde vengo ni a dónde
mis pasos me llevarán.



LG, p. 545.



Comentario temático de la rima El tema de este poema es el destino incierto, que constituye una línea repetida a lo largo del libro. Comparte así motivos con el 60 (XV), donde el yo es «en el vacío cometa errante» u ola «en mar sin playas», y con las preguntas existenciales del 67 (LXVI), con su itinerario desde la cuna a la tumba ignorada, en «donde habite el olvido». También debe relacionarse con aquellos que especulan sobre la propia muerte como tema central, sea el 28 (XXXVII) o el 45 (LXI), entre otros. La organización sintáctica muestra el característico retardamiento del referente: la enumeración de imágenes de la naturaleza, con el término de comparación elidido, sólo encuentra respuesta al final, en «eso soy yo». Es evidente el eco de Espronceda en los vv. 5-8, y todavía más en la versión de 1866. Recuérdense aquellas «hojas del árbol caídas» de la Parte Segunda de El estudiante de Salamanca. Testimonios de la rima LG, p. 545. O1, II, p. 246. En LG, a la derecha y un poco por debajo de las tres aspas características que separan poemas, aparece una N mayúscula en la misma tinta de las correcciones. Rubén Benítez [ed., 1990] se interroga: «¿Narciso Campillo?» Unifico la puntuación, que las correcciones dejan vacilante, y cierro cada estrofa con un punto, tal como hace E. RIMA IV
«No digáis que agotado su tesoro»
No digáis que agotado su tesoro,
de asuntos falta enmudeció la lira: [*]
podrá no haber poetas, [*] pero siempre
habrá poesía. [*]
5




10



Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve [*]
perfumes y armonías, [1]
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!


15




20

Mientras la ciencia a descubrir no alcance [*]
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a do camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!




25




Mientras se sienta que se ríe el alma [*]
sin que los labios rían,
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila, [*]
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!

30




35


Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso [*]
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!

LG, p. 564.

LG, p. 565.



Comentario temático de la rima
La rima tiene un marcado carácter metapoético, y además, de signo idealista, incluso platónico, adjetivo éste muy apto para definir a Bécquer. La primera y principal idea es que la poesía es independiente de su formalización, de su materialidad textual. Por ello, aunque no hubiese un solo poeta en el mundo, la poesía seguiría estando ahí, a la espera de aquél capaz de rescatarla de lo ideal para llevarla a la forma. Idea presente también en la rima 13 (VII). En cada bloque estrófico se van definiendo los espacios donde la poesía habita con preferencia: la naturaleza, el misterio, el sentimiento y, cómo no, el amor y la belleza femenina. La rima muestra claras semejanzas con un poema de Anastasius Grün (1806-1876) titulado «El último poeta» (Dámaso Alonso [1944], José María de Cossío [1950], Rubén Benítez [1961], Pageard [1972]). Testimonios de la rima LG, pp. 564-565. O1, II, pp. 250-251. E = La Ilustración de Madrid, 5 (12 de marzo, 1870), p. 14, bajo tres aspas y el epígrafe «(De un libro inédito)».
RIMA XXI
«¿Qué es poesía?, dices mientras»
¿Qué es poesía?, dices mientras
clavas en mi pupila tu pupila azul.
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas? [*] Poesía... eres tú. [*]

LG, p. 549. Comentario temático de la rima Se trata de una de las rimas más conocidas del libro, como no hace falta subrayar, pero al mismo tiempo logra sintetizar y hacer popular y accesible esa constante interrelación entre el ámbito erótico y el metapoético que las Rimas van construyendo. La anécdota de la rima está desarrollada por extenso en la primera de las Cartas literarias a una mujer: «¿Qué es la poesía? me dijiste; y yo, que no soy muy fuerte en esto de las definiciones, te respondí titubeando: la poesía es..., es...» Y lo afirmaba también en la rima 39 (IV), cuando definía los ámbitos de lo poético: «mientras exista una mujer hermosa, / ¡habrá poesía!» La clave está en el factor sentimental, tan importante para Bécquer: «La poesía eres tú, te he dicho, porque la poesía es el sentimiento y el sentimiento es la mujer». Esto escribe en las Cartas. Pageard [1972: 237] ha apuntado aquí uno de los numerosos ecos de Lamartine. Concretamente, en la novela autobiográfica Raphäel, el narrador describe así su relación con el personaje femenino, que se llama precisamente Julia: «Su naturaleza era demasiado espontánea, demasiado profunda y demasiado seria para prestarse a estas formalidades, a estos límites y a estas lentitudes de la poesía escrita. Ella era la poesía sin lira; desnuda como el corazón, sencilla como la primera palabra, soñadora como la noche, luminosa como el día, rápida como el relámpago, inmensa como los espacios. Su alma era una gama infinita que ninguna prosodia hubiera podido escribir. Su voz misma era un canto perpetuo que ninguna armonía de versos podía igualar. Si yo hubiera vivido largo tiempo a su lado nunca hubiera leído ni escrito versos. Ella era para mí el poema viviente de la naturaleza y de mí mismo». Testimonios de la rima LG, p. 549. O1, II, p. 270. AMOR
RIMA XVII
«Hoy la tierra y los cielos me sonríen»
Hoy la tierra y los cielos me sonríen, [*]
hoy llega al fondo de mi alma el sol, [*]
hoy la he visto... La he visto y me ha mirado... ¡Hoy creo en Dios! [*]

LG, p. 572.

Testimonios de la rima LG, p. 572. O1, II, p. 268.
RIMA XXIII
«Por una mirada, un mundo»
Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... yo no sé
que te diera por un beso. [*]

LG, p. 549. Comentario temático de la rima Poema de amor esperanzado que, aunque aparezca anónimo en su primera publicación, será vuelto a publicar con firma en dos ocasiones más. La galantería del poema tiene mucho de copla popular y menos de poesía de salón, aunque sea perfecto para escribir sobre un abanico o en el álbum de una niña romántica. Unos días antes de su primera publicación, Bécquer ha elogiado La soledad, de Ferrán, donde se busca una síntesis de lo popular y lo culto semejante a la hecha por los poetas alemanes. La primera publicación de la rima coincide con un momento decisivo de su vida. Ha dejado el salón de los Espín y falta menos de un mes para que se case con Casta Esteban. Si queda alguna amargura tras el episodio amoroso con Julia Espín, por platónico que fuese, nada se trasluce aquí. En el plano literario, sabemos que bastantes de sus rimas más logradas están fechadas entre el año anterior y éste. Además, en 1861 aparecerán algunas de sus mejores leyendas, como «Los ojos verdes» o «Maese Pérez, el organista». En fin, la rima 22 aparece en la misma página de El Contemporáneo que la cuarta de las Cartas literarias a una mujer. Un pasaje semejante se encuentra en Los ojos verdes: «¿Sabes tú lo que más amo en este mundo? ¿Sabes tú por qué daría yo el amor de mi padre, los besos de la que me dio la vida y todo el cariño que puedan atesorar todas las mujeres de la tierra? Por una mirada, por una sola mirada de esos ojos... ¡Mira cómo podré yo dejar de buscarlos!» [Ojos, 130]. Testimonios de la rima LG, p. 549. O1, II, p. 270. E1 = El Contemporáneo, 23 de abril de 1861, p. 4. Aparece anónimo, con el título «A ella». En la columna inmediata se publica la cuarta entrega de las Cartas literarias a una mujer. Reproducción fotográfica en Montesinos [1977]. E2 = El Eco del País. Semanario Político, Científico y Literario, I, 4 (27 de marzo, 1865), p. 8. Aparece sin título y firmado «Gustavo A. Bécquer». Acompaña a una «Traducción de Enrique Heine» por Augusto Ferrán. La disposición tipográfica induce a pensar que este último título abarca ambos poemas. No ofrece variantes. E3 = El Museo Universal, 38 (23 de septiembre, 1866), p. 303. Lleva el título «¡No sé!!»

RIMA XXIV
«Dos rojas lenguas de fuego» Dos rojas lenguas de fuego
que a un mismo tronco enlazadas
se aproximan, y al besarse [*]
forman una sola llama;
5
dos notas que del laúd
a un tiempo la mano arranca, [*]
y en el espacio se encuentran
y armoniosas [*] se abrazan;

10

dos olas que vienen juntas [*]
a morir sobre una playa
y que al romper se coronan
con un penacho de plata; [*]


15
dos jirones de vapor
que del lago se levantan [*]
y al juntarse allá en el cielo [*]
forman una nube blanca; [*]



20
dos ideas que al par brotan,
dos besos que a un tiempo estallan,
dos ecos que se confunden:
eso son nuestras dos almas.

LG, p. 560.



Comentario temático de la rima
Frente a la rima 26 (XL), en la cual los sujetos poéticos chocan violentamente entre sí —«¡no pudo ser!»—, esta otra rima expresa con igual violencia y entusiasmo el encuentro amoroso entre dos cuerpos y dos almas, entre dos «rojas lenguas de fuego» y «dos ideas que al par brotan». El deseo insatisfecho queda fuera del poema, pero el deseo en sí, como fin y culminación, está expresado en ese abrazo cósmico de los amantes que envuelve a la naturaleza entera. Esa idea la refuerza el título con que lo publicó El Museo Universal, en 1866: «Dos y uno». Testimonios de la rima LG, p. 560. O1, II, p. 271. E1 = El Museo Universal, 11 (18 de marzo, 1866), p. 86. Lleva el título «Dos y uno». E2 = Diario de Alcoy, 405 (2 de julio, 1866). La publicación, que duró poco más de un año, era dirigida por Augusto Ferrán. Sigue el texto de E1. Esta versión fue dada a conocer por Jesús Costa [1994]. EL DESENGAÑO Y EL FRACASO
RIMA XXXVIII
«¡Los suspiros son aire y van al aire»
¡Los suspiros son aire y van al aire!
¡Las lágrimas son agua y van al mar! [*]
Dime, mujer: cuando el amor se olvida [*]
¿sabes tú a dónde va?

LG, p. 538.

Comentario temático de la rima
De nuevo, una rima en la estela de lo popular y que, como tal, ha sido asociada por la crítica al contacto con Augusto Ferrán. Cubero Sanz cita este cantar de La soledad: «Los besos y los suspiros, / las lágrimas y las quejas, / ¿quién sabe de dónde vienen / y dónde el viento las lleva?» [Cubero Sanz, 1965: 104]. Reyes Cano [1995] encuentra un paralelo mucho más temprano en la lírica del ilustrado Alberto Lista, que tanta importancia tiene para su formación poética en Sevilla: «Tantas ondas mi llanto / se han dado al río, / como mi pecho al aire / tristes suspiros. / Y se han llevado: / el aire, mis suspiros, / y el mar mi llanto». Testimonios de la rima LG, p. 538. O1, II, p. 284.
RIMA XLI
«Tú eras el huracán y yo la alta»
Tú eras el huracán y yo la alta
torre que desafía su poder:
¡tenías que estrellarte o que abatirme!... [*]
¡No pudo ser! [*]
5
Tú eras el océano y yo la enhiesta [*]
roca que firme aguarda su vaivén:
¡tenías que romperte o que arrancarme!...
¡No pudo ser! [*]

10
Hermosa tú, yo altivo: acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder:
la senda estrecha, inevitable el choque...
¡No pudo ser! [*]

LG, p. 553.



Comentario temático de la rima
La típica estructura dialógica de las rimas, un tú y un yo, sirve en este poema para un enfrentamiento total entre ellos. Así como en la rima 33 (XXIV) los sujetos poéticos se entrelazan arropados por la naturaleza, que participa de su abrazo, aquí sucede otro tanto pero con sentido opuesto. La serie paralelística, reforzada por el estribillo machacón, va presentando sucesivos opuestos: huracán y torre, estrellarte o abatirme, océano y roca, romperte o arrancarme... Véase el análisis de esos procedimientos en Bousoño [1951].
LA SOLEDAD Y LA MUERTE
(Volverán las oscuras golondrinas...)
Rima LII

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres,
ésas... ¡no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.

Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día....
ésas... ¡no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar,
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido..., desengáñate,
¡así no te querrán!


RIMA LIII
(Cuando volvemos las fugaces horas)

Cuando volvemos las fugaces horas
del pasado a evocar,
temblando brilla en sus pestañas negras
una lágrima pronta a resbalar.

Y al fin resbala y cae como gota
del rocío al pensar
que cual hoy por ayer, por hoy mañana
volveremos los dos a suspirar.



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RIMA II
«Saeta que voladora»
Saeta que voladora 8-
cruza arrojada al azar, 7+1=8a
y que no se sabe dónde 8-
temblando se clavará. 7+1=8a
5
Hoja que del árbol seca 8-
arrebata el vendaval, 7+1=8a
sin que nadie acierte el surco 8-
donde al polvo volverá. 7+1=8a

10


Gigante ola que el viento 8-
riza y empuja en el mar, 8a
y rueda y pasa, y se ignora 8-
qué playa buscando va. 7+1=8a


15

Luz que en cercos temblorosos 8-
brilla próxima a expirar 8a
y que no se sabe de ellos 8
cuál el último será. 8a
Eso soy yo, que al acaso 8-
cruzo el mundo sin pensar 7+1=8 a
de dónde vengo ni a dónde 8-
mis pasos me llevarán. 7+1=8a

La rima cuenta el destino incierto del autor

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